domingo, 1 de noviembre de 2009

Foucault Vigilar y Castigar

VIGILAR Y CASTIGAR
Vigilar Y castigar pertenece al género de la filosofía, y al subgénero de la criminología.
Es un ensayo sobre la evolución de los métodos de castigo y vigilancia desde la sociedad medieval a la contemporánea : los suplicios, la humillación pública, la cárcel, la escuela , los manicomios....
Foulcault inaugura una mirada genealógica de los procesos históricos desde el análisis de los castigos como expresión del poder .
El autor estudia la materialidad del poder desde sus extremidades “ se trata en cierto modo de una microfísica del poder que los aparatos e instituciones ponen en juego”
Busca intentar demostrar como las relaciones de poder pueden penetrar materialmente en el espesor mismo de los cuerpos.
El libro en cuestión esta dividido en cuatro partes, cada una de ellas a su vez esta
subdividida en capítulos, esta es la estructura que presenta :
-Suplicio:
• El cuerpo de los condenados
• La resonancia del poder
- Castigo:
• El castigo generalizado
• La benignidad de las penas
- Disciplina:
• Los cuerpos dóciles
• Los medios del buen encauzamiento
• El panoptismo
- Prisión:
• Unas instituciones completas y austeras
• Ilegalismos y delincuencia
• Los carcelario
El libro comienza hablando de Damiens , un hombre que fue condenado el 2 de marzo de 1757 a “pública retractación ante la puerta principal de París de la Iglesia de París” “donde debía ser llevado en una carretilla desnudo, y ahí le llevarían sobre un cadalso donde le atenazarían las tetillas, brazos, muslos y pantorrilas, y su mano derecha quemada con fuego de azufre , (puesto con esa mano había cometido el crimen), y sobre las partes atenazadas se le verterá plomo derretido, aceite hirviendo, pez resina ardiendo, cera y azufre fundidos juntamente, y a continuación, su cuerpo estirado y desmembrado por cuatro caballos y sus miembros y tronco consumidos en el fuego, reducidos a cenizas y sus cenizas arrojadas al viento”
Así es como Michel Foulcault comienza su ensayo, y a continuación nos describe escrupulosamente todos los altercados que ocurrieron, como por ejemplo los caballos nos estaban acostumbrados a tirar y tuvieron poner 6 caballos, pero por si esto no fuera suficiente, le cortaron los nervios y rompieron a hachazos las coyunturas para que los caballos pudieran desmembrarle, esto se conoce como suplicio , es la época en la que fue redistribuida en Europa y Estados Unidos toda una economía del castigo.
A finales del siglo XVIII y comienzos del XIX desaparece el cuerpo como blanco mayor de la represión, y a pesar de algunos grandes resplandores, la sombría fiesta punitiva está extinguiéndose, el castigo poco a poco ha cesado de ser teatro, la desaparición de los suplicios podría fecharse entorno a 1830-1848.
Ahora la tendencia era más hacia la privación de libertad, como podía ser la reclusión, los trabajos forzados, la deportación, penas que recaen directamente sobre el cuerpo, pero a un nivel más psicológico que físico, podría decirse que el castigo recae más sobre el alma que sobre el cuerpo
Es importante detenerse en el análisis de una cuestión y es que como el propio Foulcault señala , el objeto del crimen, es decir aquello sobre lo que se ejerce la práctica penal , ha sido profundamente modificado, antes , se juzgaba igual a un asesino que a un ladrón ( en el libro explica como dieron muerte a una mujer en el cadalso por robar 20 metros de tela ), posteriormente cuando se fue eliminando el suplicio, se encarcelaba siguiendo el mismo criterio, a asesinos, ladrones, vagabundos, niños vagos.... , y a continuación, se paso a clasificar a la gente, es decir, primera planta para asesinos, segunda para ladrones e.t.c.
Desde los 150 o 200 años que hace que en Europa se han establecido nuevos sistemas de penalidad, los jueces poco a poco se han propuesto juzgar otra cosa distinta del delito , que es el alma del delincuente.
Ahora se preocupan aparte del delito en si mismo, es decir del hecho, de si ha sido una reacción psicótica , episodio delirante. No ya sólo quien ha sido el autor de dicho delito sino cómo asignar el proceso causal que lo ha producida, qué medida será la más apropiada para la evolución del sujeto.
Esta nueva orientación de las penas contrasta con los medios del XVIII, donde lo primordial es que el condenado confiese, y sufra la imposición del poder sobre su cuerpo, todo esto claro está ante los ojos del pueblo, y finalmente termina con la exposición del cadáver en el lugar de su crimen, o en la misma posición que sus víctimas, ..... Era una reproducción casi teatral del crimen en la ejecución del culpable: los mismos instrumentos , los mismos gestos.
El papel del pueblo en este caso es ambiguo, por un lado se llama como espectador , ser testigo es un derecho que el pueblo reivindica, muchas veces el pueblo acompaña el suplicio con gritos e insultos al condenado, pero otras muchas, debido al horror y a la atrocidad de los suplicios , el pueblo apoya al condenado e incluso se revela, e intentan arrancar a este de las manos del verdugo.
Foulcault destaca que cuando el condenado esta apunto de morir puede decir lo que quiera por muy inmoral, o prohibido que este, y el pueblo lo aclama, se cambian los papeles, los criminales se convierten en héroes y las potencias en criminales.
Otra causa de agitación era la diferencia de las penas según las clases sociales, por ejemplo cuando se ejecutaba a criados con frecuencia había protestas, pero muchas veces a la gente de clase alta e incluso curas no se le aplicaba la misma pena que al resto de los criminales de clase inferior.
Podría decirse entonces que el suplicio cumple dos consecuencias una deseada y otra no deseada y por lo tanto no prevista. La consecuencia deseada es castigar al culpable haciendo caer sobre el todo el poder ante los ojos del pueblo, para que este vea cuan poderoso es el rey o el príncipe y lo que les pasará si actúan de igual o parecida forma, y la consecuencia no deseada es que el pueblo se siente más cerca que nunca de los criminales, e incluso los apoya, sienten pena por lo que les sucede y en ocasiones se revelan e intentan salvarlos( en ocasiones a determinados condenados se les convertía en una especie de santos) .Uno de los primeros clamores del pueblo fue para pedir la supresión de los suplicios.
Se desarrollo una literatura del crimen totalmente distinta, en la que el criminal aparecía glorificado.
Además no podemos olvidar que “si el pueblo se acostumbra a ver correr la sangre, pronto aprenderá que no puede vengarse si no corre sangre”
La protesta contra los suplicios se encuentra en la segunda mitad del siglo XVIII, entre los filósofos y los teóricos del derecho , entre juristas, curiales y parlamentarios , opinan que hay que castigar de otro modo, deshacer ese enfrentamiento físico del soberano con el condenado, muy pronto el suplicio se hace intolerable, dicen que en el peor de los asesinos , una cosa al menos es de respetar cuando se castiga se “ humanidad”, y ponen de manifiesto que a finales del siglo XVII disminuyeron los crímenes de sangre pero aumentaron los delitos contra la propiedad, los criminales de fin del XVII son “ hombres agotados, mal alimentados, dominados en absoluto por la sensación del instante, iracundos..”. En palabras del autor esta ocurriendo lo siguiente “ se afirma la necesidad de definir una estrategia y técnicas de castigo , la reforma penal ha nacido en el punto de conjunción entre la lucha contra el sobrepoder del soberano y la lucha contra el infrapoder de los ilegalismos conquistados y tolerados”
La semiotécnica con que se trata de armar el poder de castigar reposa sobre las siguientes premisas:
- El castigo no tiene que emplear el cuerpo sino la representación, lo que debe llevarse al máximo es la representación de la pena, no su realidad corporal
-Entre las penas y en la manera de aplicarlas en proporción a los delitos hay que elegir los medios que hagan en el ánimo del pueblo la impresión más eficaz y la más duradera y al mismo tiempo la menos cruel para sobre el cuerpo del culpable.
-Que estas leyes se publiquen y cada cual pueda tener acceso a ellas
-Es preciso que se redacte un código donde todas las infracciones están clasificadas, se trata de evitar que en el silencio de la ley, se precipita la esperanza de la impunidad, y la necesidad de una individualización de las penas, conforme a los caracteres singulares de cada delincuente.
Podría decirse que esto es la despedida a las viejas”anatomías ” punitivas, pero el autor a continuación se pregunta si realmente ha terminado la era de los castigos corporales.
En 1791 la nueva legislación criminal establece, que son necesarias unas relaciones exactas entre la naturaleza del delito y la del castigo, es decir , él que ha sido feroz en su crimen padecerá dolores físicos; el que haya sido holgazán se verá forzado a un trabajo penoso e.t.c, Este código también prevé la muerte para los traidores y asesinos; y todas las demás penas deben tener un término siendo el máximo 20 años.
Una de las principales diferencias es que antes el cuerpo del condenado pasaba a ser poder del rey, este imprimía todo su poder sobre el, en cambio ahora ha de ser un bien social, objeto de una apropiación colectiva y útil, de ahí el hecho de que los reformadores han propuesto siempre los trabajos públicos como una de las mejores penas posibles.
También se proponía una publicidad del castigo que no debía difundir el terror físico , sino más bien que sea el pueblo mismo el que pudiera contemplar las consecuencias de los delitos , por ello Le Peletier entre otros, propuso que el pueblo una vez al mes pudiera visitar a los condenados “ en su doloroso recinto” donde en la puerta de entrada a la celda aparecerá el nombre del condenado, su delito y su sentencia. En resumen se pretendía utilizar al criminal como elemento de instrucción.
Pero a pesar de esta reforma muchos legisladores no apoyan el encierro penal porque no responde a las especificidades de los delitos, conllevan grandes gastos y no producen ningún beneficio ni para la sociedad ni para las instituciones, a parte de esto criticaban que se daba el mismo remedio a todos los delitos, ya fueran crímenes , robos , holgazanería...
Dentro del tema del encierro penal, había reformadores que apoyaban la idea de que los presos vivieran en un aislamiento total, así se evitarían las malas compañías,( al juntar por ejemplo al asesino con el holgazán o el ladrón) las rebeliones, futuras colaboraciones fuera de la prisión, cambio de técnicas..., por lo que defendían que los presos no mantuvieran comunicación con nadie, y así estarían solos con su alma, y su conciencia y no les quedaría más remedio que reflexionar sobre su delito, y por otra parte están los reformadores que proponen los trabajos forzados, algo que es contrario totalmente a la idea del aislamiento total.
En torno a este debate, sobre el modo de encarcelamiento , hay dos modelos principales;
Por un lado esta el modelo inglés que agrega como condición indispensable para la corrección el aislamiento, y por otra parte el modelo de Filadelfia, el más famoso ya que aparecía unido a las innovaciones políticas, , proponía trabajo obligatorio en talleres , ocupación constante de los presos, financiación de la prisión por este trabajo, pero también la retribución individual de los presos para garantizar su reinserción moral y material .
Otra de las innovaciones es que la sentencia y lo que la motivó deben ser conocidos por todos , pero en cambio la ejecución de la pena debe cumplirse en secreto, el público no tiene porque intervenir en eso.
Después de ahondar en este tema el autor pasa a reflexionar sobre la docilidad de los cuerpos, se ocupa sobre todo de la forma en la que la sociedad ordena y controla los individuos adiestrando sus cuerpos, como se instruye a la gente para que ejerzan determinadas profesiones, como se puede hacer de un hombre completamente normal un soldado profesional.
El autor nos dice que en la segunda mitad del siglo XVIII el soldado se ha convertido en algo que se fabrica, y que ha habido en el curso de la edad clásica, todo un descubrimiento del cuerpo como objeto y blanco de poder.
Ahora se preocupan no ya por e lenguaje del cuerpo o los elementos sino por la eficacia del movimiento , su organización interna.
El cuerpo humano entra en un mecanismo de poder que lo explora , lo desarticula y lo recompone, es una anatomía política que es igualmente una mecánica del poder, define como se puede hacer presa en el cuerpo de los demás , no simplemente para que ellos hagan lo que se desea , sino para que operen como se quiere, con las técnicas, según la rapidez y la eficacia que se determina.
Para ello la disciplina se convierte en una pieza fundamental, aparte del control de la actividad ,que procede ante todo a la distribución de los individuos en el espacio, y para ello propone varias técnicas :
• Clausura: en los colegios el modelo de convento se impone poco a poco, el internado aparece como el régimen de educación más frecuente, pero este principio no es constante ni indispensable “ a cada individuo su lugar; y en cada emplazamiento un individuo”
• El empleo del tiempo: se busca sobre todo asegurar la calidad del tiempo empleado
• El establecimiento de correlación del cuerpo y del gesto: El control disciplinario no consiste sólo en enseñar o imponer una serie de gestos definidos; impone la mejor relación entre un gesto y la actitud global del cuerpo, que es su condición de eficacia y de rapidez . En el buen empleo del cuerpo que permite un buen empleo del tiempo nada debe permanecer ocioso o inútil.
• La utilización exhaustiva: El empleo del tiempo debía conjugar el peligro de derrocharlo , falta de moral y falta de honradez económica , se trata de extraer del tiempo cada vez más instantes disponibles, se enseña la rapidez como una virtud.
Esto es un aprendizaje corporativo, donde se establece una relación de dependencia individual y total a la vez respecto del maestro.
A continuación Foulcaut nos habla de los medios del buen encauzamiento, es decir aquellos medios para intentar que la sentencia y el modo de llevarla a cabo sean lo más correctas posibles, y permitan vigilar al individuo a la vez que se intenta “reformarlo”, puesto que una de las funciones del poder disciplinario es la de “enderezar conductas”
El ejercicio de la disciplina supone un dispositivo que coacciona por el juego de la mirada, lo que llevo en la época clásica a construir “observatorios”, donde las miradas deben ver sin ser vistas, el viejo esquema simple de la clausura y del encierro (el muro, y la puerta que impide entrar o salir) comienzan a ser sustituidos por el cálculo de las aberturas, se pretende especificar la vigilancia y hacerla funcional.
Se impone el castigo disciplinario de índole correctivo, donde se utiliza un sistema de gratificación-sanción , la justicia escolar ha llevado muy lejos este sistema, precisamente en le ámbito escolar se impone la distribución según los rangos o grados, cuyo papel consiste en señalar las desviaciones, jerarquizar las cualidades y recompensar, permitiendo así los ascensos, ganar rangos y puestos, y castigar haciendo retroceder o degradándolo.
La penalidad perfecta que atraviesa todos los puntos , y controla todos los instantes de las instituciones disciplinarias, compara , diferencia, jerarquiza, homogeniza, excluye. En una palabra normaliza. Aparece a través de las disciplinas el poder de la norma.
Posteriormente nos habla del panóptico de Bentham, es una figura arquitectónica, que cumple la función de cárcel, se sitúa en la periferia, tiene forma de anillo, en el centro hay una torre donde se encuentra el personal de seguridad cuya función es vigilar a los presos, alrededor de la torre el edificio está dividido en celdas, y encada celda, un enfermo, un loco, un condenado, un escolar, un obrero...
En suma se invierte el principio del calabozo, o más bien de sus tres funciones que son encerrar, privar de luz y ocultar, no se conserva más que la primera y se suprimen las otras dos. La plana luz y la atenta mirada de un vigilante captan mejor que la sombra, que en último termino protegía. La visibilidad es una trampa., de ahí el efecto del panóptico: inducir en el detenido un estado consciente y permanente de visibilidad que garantiza el funcionamiento automático del poder. Se prueban diferentes castigos sobre los condenados , según sus delitos y su carácter y se buscan los más eficaces, también se intentan experimentos pedagógicos , e incluso es una experiencia de control, puesto que desde la torre central el director puede vigilar o espiar a todos los empleados.
Pero no hay que olvidar que la extensión de las instituciones disciplinarias no es, sin duda , otra cosa que el aspecto más visible de diversos procesos más profundos
La prisión , pieza esencial en el arsenal punitivo, marca seguramente un momento importante en la historia de la justicia penal: su acceso a la “humanidad”,es la pena de las sociedades civilizadas, Michel Foulcaut explica reflexiona la evidencia de la privación de la libertad: “ ¿ Cómo podría dejar de ser la prisión la pena por excelencia en una sociedad en que la libertad es un bien que pertenece a todos de la misma manera y al cual está apegado cada uno por un sentimiento universal y constante? Su pérdida tiene pues, el mismo precio para todos, mejor que la multa, la prisión es el castigo igualitario”.
Podría definirse la prisión como un cuartel un tanto estricto, una escuela sin indulgencia, es la forma más inmediata y más civilizada de todas las penas.
En suma, el encarcelamiento penal, desde el principio del siglo XIX, ha cubierto a la vez la privación de la libertad y la transformación técnica de los individuos, una prisión debe ser un aparato disciplinario exhaustivo, que da un poder casi total sobre los detenidos, es una disciplina despótica. Foulcaut se pregunta: ¿ Cual es la utilidad del trabajo del penal?, la verdadera respuesta es la constitución de una relación de poder, de una forma económica vacía , de un esquema de la sumisión individual y de su ajuste a un aparato de producción, y también suele convertirse en un instrumento de modulación de la pena.
Se introduce el interes no sólo ya por el delito, sino por el qué lo ha llevado a cometerlo, se investiga en su vida, en sus relaciones con los demás, su familia, su entorno, su trayectoria..... Esta investigación biográfica es una parte esencial de la instrucción judicial, es muy importante en la historia de la penalidad porque hace existir al criminal antes del crimen.
“El paso de los suplicios con su ceremonia del dolor, a unas penas de presiones practicadas en arquitecturas masivas y guardadas por el secreto de las administraciones, no es el paso a una penalidad indiferenciada , abstracta y confusa, es el paso de un arte de castigar a otro, no menos sabio que él”
Se puede decir que la prisión en sus efectos visuales y sobre la realidad ha fracasado, muchos de los objetivos que se pretendían alcanzar no se han conseguido, y recibe duras críticas por ello:
• Reducir el numero de delitos :paradójicamente en vez de disminuir estos han aumentado. Es un hecho comprobado que los detenidos se vuelven reincidentes, y con esto se va al traste la teoría de la prisión como instrumento de reinserción.
• Favorece la organización de delincuentes: construyendo entre ellos solidaridad, están jerarquizados, favorece también que los más torpes aprendan de los más hábiles a eludir a la ley, y el fruto de que hayan estado juntos (que si no hubiera sido por la prisión que en definitiva es la que los ha juntado) puede se las complicidades futuras fuera del ámbito de la prisión,
• Fabrica delincuentes: Puesto que indirectamente, hace caer en la miseria a la familia del detenido.
Pero precisamente para intentar corregir estos fallos o problemas, se han creado unas máximas de la buena “condición penitenciaria” que son:
• Principio de corrección: Uno de los principales objetivos de la detención penal, por no decir el primordial, es la transformación del comportamiento del individuo.
• Principio de modulación de las penas: Las penas deben de poder modularse para así ajustarse a la individualidad de los detenidos.
• Principio de clasificación: Deben estar aislados y repartidos según la gravedad penal de su acto
• Principio del trabajo como derecho y como obligación: Esto les permite aprender un oficio y procurar recursos a su familia
• Principio de educación penitenciaria: Sólo la educación puede servir como auténtico instrumento penitenciario.
• Principio de las instituciones anejas: La prisión debe ir seguida de medidas de control y asistencia, para conseguir así más fácilmente la readaptación del individuo en la sociedad.
Y así es como Foulcaut termina su ensayo, hablando de las máximas que debe seguir la institución penitenciaria, y reflexionando sobre el papel actual de la prisión ,

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